Los miedos del signo de Acuario

El aguador es uno de los signos más activos del zodiaco, pues en sus manos toma la obligación de generar cambios, de mover las aguas dormidas de la vida. No es alguien que se pueda estar quieto y que resigne a ser mero espectador de las cosas. Y nada permanece indemne una vez que la ha tocado, sean personas, lugares o cosas.

Acuario es como el aire que lo representa: se cuela a todos los lugares, y los llena y transforma con su infatigable voluntad de cambio. El movimiento es su método; la evolución, su causa.

¿A qué le temen los nacidos bajo el signo de Acuario?
Para los Acuario la libertad es uno de los bienes más importante: libertad de elegir, de actuar, de moverse… Todo confinamiento es, para ellos, una forma de la muerte.

El temor a la inmovilidad y el confinamiento es muy común entre los nativos de Acuario, pues para ellos significan coartar su potencial, su capacidad de influir en su tiempo, en la vida de la gente que les importa.

Este miedo al encierro se manifiesta en ellos incluso de manera física con el padecimiento de la claustrofobia, apenas y se ven encerrados en espacios estrechos. Ese malestar se transmite a sus vidas en todos los aspectos.

Evaden cualquier forma de limitación que amenace su libertad, ya sean relaciones, trabajos, situaciones… Y por ellos se les suele ve moverse a solas, sin lo que consideran prisiones, aunque ello les lleve a renunciar a afectos y oportunidades.

La prisión es uno de los miedos universales que todos padecemos, sin importar nuestro signo. Sin embargo, en el caso de Acuario, esta cárcel puede abarcar todo el mundo, y apartarlos de los goces más elementales y necesarios: el amor, los amigos, el trabajo…

¿Cómo puede vencer este miedo un Acuario?
Los nativos del signo del aguador tienen como una prioridad elemental la libertad. Pero hacen de ella un ideal amorfo: la sienten como un derecho, no como una conquista, y no comprenden todos los matices que incluyen a cualquier forma de ser libres.

La libertad no se hereda: se gana.

Esta pequeña frase puede ser el punto de partida que cambie la perspectiva que de la vida tiene Acuario. La libertad se labra con renuncias y con afinidades. Es nuestra limitada visión del mundo la que construye la cárcel de nuestros vicios y pesares. Es la libertad de darnos a nosotros mismos la que construye la esencia de la vida.

Acuario, menos libertad en abstracto, y más de la que se construye con los actos y con las acciones, con lo que damos a otros, y con lo que hacemos por ello.

No hay cárcel que pueda contener a un corazón generoso.